Crear la magia
En este blog hemos hablado mucho sobre la magia de congelar el tiempo en una imagen, para lograr eso tenemos una de las herramientas más importantes para un fotógrafo.
El obturador.
Este pequeño, rápido y eficiente componente de la cámara es el responsable de la cantidad de luz que necesitas para crear una imagen.
Su velocidad es la clave para “congelar” la imagen, para que aparezca esa magia de crear un permanente recuerdo de un instante. Sus variaciones son infinitas y sus efectos son igual de sorprendentes que su efectividad.
Una buena velocidad de obturación puede suponer la foto perfecta, independientemente de la luz o el objetivo que tengas en la cámara.
Evidentemente todo influye, pero es mejor usar todas las herramientas con las que cuentas como fotógrafo y conocerlas bien.


Al igual que pasa en muchas disciplinas y sobre todo a partir del siglo XX, la fotografía no solamente se quedó en lo meramente artístico o personal, sino que se expandió a otros campos de tal forma que hoy en día sería casi imposible ver la vida sin imágenes, las cuales nos bombardean constantemente, desde vallas publicitarias, revistas, anuncios, redes sociales, etc.






Para mí el blanco y negro es un concepto más amplio que lo meramente cromático, quizás porque crecí viendo cine clásico o porque en los momentos significativos o importantes se hacían con un congelado de imagen y volviéndolos en blanco y negro,
Hemos dicho que voy a tirar para mis adentros y sacar parte de mi auto convencimiento con el blanco y negro.




